Subproceso: Jim Cazadores Mucho tiempo, Carrera Dedicada En NASCAR Gana Su Sitio En NMPAs Sala

Jim Hunter disfrutado de una larga y exitosa carrera en muchos papeles con NASCAR y un par de sus circuitos de carreras. Él ha sido elegido para la NMPA del Salón de la Fama.

Antes de contarles acerca de mi amigo, el fallecido Jim Hunter, quien es uno de los miembros más recientes de los Nacionales de Automovilismo de la Asociación de Prensa del Salón de la Fama, me gustaría ofrecer una breve lección de historia.
Hubo un tiempo - antes de que mi tiempo - cuando regular de la NASCAR cobertura de los medios fue casi inexistente.
A diferencia de hoy, cuando se llegó a una cobertura, prensa, celebrada el dominio. La Radio era intermitente y la televisión no le importaba. Y, como se puede determinar fácilmente, el ciberespacio era algo inaudito.
Así que los fans de cosechó la mayoría de sus noticias de la ciudad natal del periódico de la sección de deportes. Bien, permítanme modificar esa - que es cómo los aficionados al sur de la línea Mason-Dixon, tiene sus noticias.
Por lo tanto, al Sur de los deportes de motor escritor - que obviamente no funcionó para una Indianápolis periódico - fue un hombre valioso, no sólo por sus lectores, sino también para la NASCAR.
Hubo algunos de ellos. La mayoría de las noticias informaron que fue alrededor de su ciudad natal pistas. Cualquier cuenta de eventos de NASCAR en otra parte se presentó, lacónicamente, por servicios de cable.
En la década de 1960 prensa que considera NASCAR vitales de cobertura se encuentra en Daytona Beach, Atlanta, Charlotte, Columbia, Florencia, Spartanburg, Roanoke, Greensboro, y, en menor medida, de Birmingham, Greenville, y Bristol.
Su motorsports escritores diligentemente coliseo cubierto los eventos locales, escribió características y ofreció sus comentarios. Pero no deambulan muy lejos.
Sus trabajos no les importa pagar por la cobertura extendida.
Hunter salió de la Universidad de Carolina del Sur, donde él era un escuálido de fútbol de todo el receptor, y surgió como un redactor deportivo de la Columbia papel.
En sus días como un periodista de automovilismo, Hunter era una figura familiar en el área del garaje que podría reclamar la amistad con leyendas como David Pearson (a la derecha).

Entre otras cosas que él fue parte de los deportes de motor beat. No estoy seguro de cómo aceptó que al principio, pero yo sé que él se convirtió en uno de Columbia, la mayoría de emprendedores escritores.
Él no cree en otra cosa que dar lo mejor de sí. ¿Cómo puedo saber? Como he dicho, él era emprendedor. Para él, cubriendo una carrera es una cosa, sino informar sobre la NASCAR y su gente era otro, y no menos importante, parte del trabajo.
Hunter una vez que pasó la noche en Darlington infame de infield para presentar una pieza acerca de la experiencia.
“Como yo lo recuerdo, yo no he hecho un trabajo especialmente bueno”, dijo.
Bueno, eso es algo comprensible si usted no está preparado para toda la noche de fiesta, que, independientes añadir, Hunter fue. Sin embargo, lo hizo.
A medida que el tiempo pulsa sobre el Cazador se convirtió en un socio de trabajo con el fallecido Joe Whitlock. Juntos formaron un equipo de trabajo de la “corporación”, que proporcionó, como un tándem, más que suficiente de noticias y entretenimiento - especialmente para los lectores de su tiempo.
Todo el mundo en el área del garaje sabía de ellos.
No, ellos no fueron los pioneros de la NASCAR cobertura. En cambio, fueron innovadores.
Cuando conocí a Hunter en la mitad de los‘70 se había mudado a Atlanta.
Yo era nuevo, pero él nunca me consideraban como un advenedizo. Más bien, yo era su igual. Él se ofreció asesoramiento, contaba historias y nunca sugirió que tal vez yo estaba en mi cabeza.
Escuché cada palabra que dijo.
Hunter, junto con el fallecido Dick Thompson, el director de relaciones públicas en el Martinsville Speedway, me aconsejó que más de una vez que las mejores historias en las carreras no vienen de los eventos. Que vino de la gente.
Hunter se fue, y, yo añadiría, para el beneficio de su carrera. Él se convirtió en el director de relaciones públicas en Darlington, Talladega y NASCAR en sí.
Evolucionó hacia un papel como presidente de Darlington y, a continuación, llegó a convertirse en el vice presidente de relaciones públicas de la NASCAR, su posición cuando él falleció en Octubre. 29, 2010 después de un año de batalla contra el cáncer.
Toda su vida profesional fue incrustada en la NASCAR.
Pero no importa cuál es la posición que ocupó. Él era siempre el mismo. No había un sentido de auto-importancia, ningún aire de superioridad eterna.
Un miembro de los medios de comunicación fue, para él, alguien de importancia. ¿Por qué? Sencillo. Él había sido uno. Él sabía lo que la consigna; lo que el locutor/escritor necesario.
Así que él estaba fácilmente disponible. Él fue siempre una fuente de información. Conozco infinidad de veces cuando iba a entrar en los centros de medios, sentarse y responder a cada pregunta de él y él lo hizo tan bien en la era de la Internet y los medios sociales.
Una vez, él voló de Daytona Beach a Concord, carolina del norte, sólo para concederme una entrevista.
Una vez me llevó a Darlington para otra entrevista y él insistió en que almorzamos juntos - que estaba en un puesto de perritos calientes. Pero a su modesto auto, parecía la cosa natural que hacer.
Él siempre tomó sus llamadas de los medios de comunicación cuando podía. Cuando no podía, él regresó.
Como un amigo de mucho tiempo y siempre se podía bromear con él y no estaba sola. Yo estaba entre los pocos que lo llamó “el Gran Cazador Blanco.” Sí, era una tontería. Pero, entre nosotros, y sabíamos lo que representaba.
Mi mejor recuerdo de Hunter sucedió hace varios años en su sede en Daytona.
Yo estaba allí con un par de personas que estaban en la búsqueda de NASCAR ayuda para una película en un proyecto, que, independientes añadir, todavía está en progreso.
Cuando se consultó Hunter él les dijo algo que yo consideraba obvio. Él dijo, “sabemos que usted puede hacer esta película con nosotros o sin nosotros. Preferimos hacerlo con nosotros”.
Luego dijo:
“Somos muy afortunados de tener a Steve Waid a bordo con usted. Les puedo asegurar que este es una buena cosa. Todo el mundo le conoce. Todo el mundo le gusta.”
Sí, fue el PR. Sí, él estaba haciendo su trabajo. Sin embargo, cuando él dijo que no hubo una diferencia importante - me miró directamente a los ojos como si me dijera que significaba cada palabra.
Nunca he olvidado esas palabras.
Ni, desde los días cuando busqué mis piernas como un periodista y a la época en que me convertí en uno, nunca voy.
La NMPA ha hecho una excelente elección para su Salón de la Fama.
¿Por qué?
No porque Jim Hunter fue mi amigo y uno a muchos otros.
Más bien, es porque no se ha elegido a un hombre cuya última obra de la vida y la dedicación fueron para el deporte en sí mismo.
Y es mucho mejor para él.

Attachment 3891Jim Hunter enjoyed a long and successful career in many roles with NASCAR and a couple of its speedways. He has been elected to the NMPA’s Hall of Fame.

Before I tell you about my friend, the late Jim Hunter, who is one of the newest members of the National Motorsports Press Association Hall of Fame, I would like to offer a brief history lesson.
There was a time – before my time – when regular NASCAR media coverage was almost non-existent.
Unlike today, when it came to coverage, newspapers held sway. Radio was intermittent and television didn’t care. And, as you can easily determine, cyberspace was unheard of.
So fans garnered most of their news from the hometown newspaper’s sports section. Well, let me amend that – that’s how fans south of the Mason-Dixon line got their news.
Thus a Southern motorsports writer – one who obviously didn’t work for an Indianapolis newspaper – was a valuable guy, not only for his readers, but also for NASCAR.
There were few of them. Most often the news they reported was about their hometown tracks. Any account of NASCAR events elsewhere was presented, tersely, by wire services.
In the 1960s newspapers that considered NASCAR coverage vital were located in Daytona Beach, Atlanta, Charlotte, Columbia, Florence, Spartanburg, Roanoke, Greensboro, and, to a somewhat lesser extent, Birmingham, Greenville, and Bristol.
Their motorsports writers diligently covered the local events, wrote features and offered commentary. But they didn’t roam very far.
Their papers didn’t care to pay for extended coverage.
Hunter came out of the University of South Carolina, where he was a scrawny football wide receiver, and emerged as a sports writer for the Columbia paper.
Attachment 3892In his days as a motorsports journalist, Hunter was a familiar figure in the garage area who could claim friendship with such legends as David Pearson (right).

Among other things he was part of the motorsports beat. I am not sure how he accepted that at first but I know he became one of Columbia’s most enterprising writers.
He didn’t believe in anything other than giving his best. How do I know? As I said, he was enterprising. For him, covering a race was one thing – but to report on NASCAR and its people was another, and equally important, part of the job.
Hunter once spent the night in Darlington’s infamous infield to file a piece about the experience.
“As I remember, I didn’t do a particularly good job,” he said.
Well, that is somewhat understandable if you are not prepared for all-night partying, which, I might add, Hunter was. Nevertheless, he did it.
As time pressed on Hunter became a working partner with the late Joe Whitlock. Together they formed a working “corporation” that provided, as a tandem, more than sufficient news and entertainment – especially for the readers of their time.
Everyone in the garage area knew them.
No, they were not the pioneers of NASCAR coverage. Instead, they were innovators.
When I first met Hunter in the mid-‘70s he had moved on to Atlanta.
I was new, but he never regarded me as an upstart. Rather, I was his equal. He offered advice, told stories and never suggested that perhaps I was in over my head.
I listened to every word he said.
Hunter, along with the late Dick Thompson, the public relations director at Martinsville Speedway, counseled me more than once that the best stories in racing didn’t come from the events. They came from the people.
Hunter moved on, and, I might add, to the benefit of his career. He became the public relations director at Darlington, Talladega and NASCAR itself.
He evolved into a role as president of Darlington and then rose to become the vice president of public relations for NASCAR, his position when he passed on Oct. 29, 2010 after a yearlong battle with cancer.
His entire professional life was imbedded in NASCAR.
But it didn’t matter what position he held. He was always himself. There was no sense of self-importance, no air of superiority.
A member of the media was, to him, someone of importance. Why? Simple. He had been one. He knew what the job entailed; what the broadcaster/writer needed.
So he was readily available. He was always a source of information. I know of countless times when he would come into media centers, sit down and answer every question asked of him – and he did so well into the era of the Internet and social media.
He once flew from Daytona Beach to Concord, N.C., just to provide me with an interview.
I once drove to Darlington for another interview and he insisted that we have lunch together – which was at a hot dog stand. But to his unpretentious self, it seemed the natural thing to do.
He always took his calls from the media when he could. When he couldn’t, he returned them.
As a long-time friend I could always banter with him – and I was not alone. I was among the few who called him “Great White Hunter.” Yeah, it was nonsense. But, among us, we knew what it represented.
My fondest memory of Hunter happened several years ago at his headquarters in Daytona.
I was there with a couple of individuals who were in search of NASCAR’s help for a motion picture project, which, I might add, is still in progress.
When they consulted Hunter he told them something I considered to be obvious. He said, “We know you can make this movie with us or without us. We would rather have you do it with us.”
Then he said:
“You are very fortunate to have Steve Waid on board with you. I can assure you this is a good thing. Everybody knows him. Everybody likes him.”
Yes, it was PR. Yes, he was doing his job. However, when he said it there was a significant difference – he looked me straight in the eye as if to tell me he meant every word.
I have never forgotten those words.
Nor, from the days when I searched for my legs as a journalist and to those when I became one, will I ever.
The NMPA has made an excellent choice for its Hall of Fame.
Why?
Not because Jim Hunter was my friend and one to many others.
Rather, it is because it has elected a man whose ultimate lifetime work and dedication were to the sport itself.
And it is so much the better for it.